UNA IDEA A DOS COSMOGONÍAS.


La integración del conocimiento ancestral-indigena en el diseño contemporáneo, puede ayudar a  reducir los niveles de pobreza, a su vez, contribuir a la innovación social desde el arte. El diseño y la arquitectura exigen hoy una serie de retos basados en la lectura simbólica de una cultura material específica, como una alternativa para la creación, transformación y desarrollo socioeconómico de las comunidades. 


Para ilustrar mejor esta idea, en el diálogo entre comunidad ancestral y diseño contemporáneo, se gesta el proceso de innovación, por medio de,  un aprender haciendo.  Dichas colaboraciones deben ser tratadas de manera ética y responsable, mediante metodologías cualitativas y etnográficas que reconozcan la existencia de la comunidad en el mundo. 


Las nuevas características que parten de la conceptualización, creación y ejecución a dos manos a dos cosmogonías del objeto elaborado,  lo convierten en algo único, que trae consigo, un gran valor cultural y estético. Además puede llegar a mostrar un mayor interés en públicos más amplios de la escena creativa (joyería, moda, diseño de interiores, mobiliario, entre otros). Así mismo, esta noción, aumenta la demanda de los objetos creados y con ello, las posibilidades de los diseñadores en conjunto con la comunidad, de posicionarse en el mercado nacional, con miras a la expansión económica internacional.  


Dado que este tema debe de ser tratado con cuidado, es importante no abordarlo desde una mirada colonial y apropiacionista. Debido a que, ha habido casos como los de Carolina Herrera,  Louis Vuitton e Isabel Marant,  quienes viajan a las comunidades indígenas, para conocer y reproducir las estéticas y gráficas ancestrales en sus trajes de alta costura. Este diseño utilitario, lo que hace es incrementar las brechas culturales, banalizando la relación armoniosa que han construido las comunidades por años entre hombre-naturaleza y símbolo. Por lo tanto dicho conocimiento debe ser tratado como la gran biblioteca viviente, sostenible y resiliente que es.


Desde una perspectiva integradora se puede observar en las prácticas indígenas-tradicionales la manera en que sus estructuras y técnicas evolucionan en una integración sofisticada del conocimiento, en la que el rol del ser humano se incorpora con las dinámicas naturales, bajo una simbiosis entre materia, espacio,tiempo y cultura. A propósito, en su libro Lo-TEK Traditional, ecological knowledge, Julia Watson argumenta que, al ser pioneras en el uso de tecnologías limpias, las comunidades indígenas ofrecen soluciones reales con diseños y arquitecturas que podrían combatir la crisis climática y la pobreza —entre las que se destaca una serie de ejemplos en los que se utilizan las fibras naturales y otras construcciones milenarias—, a través de la creación de nuevas formas y experiencias estéticas; en pocas palabras, el conocimiento indígena integrado al diseño,  ayudaría a comprender la importancia de mirar hacia el pasado, para construir y aportar a un mundo futuro más ético, respetuoso y sostenible.


A la luz de estas observaciones y desde una reflexión en la que los objetos, sujetos y culturas se mezclan, se revierte la visión netamente utilitarista de la naturaleza y las comunidades ancestrales  para coexistir en un “juntos con” y así, intentar reinventar, diseñar y construir una realidad mucho más integral y holística, que afirme el sentido de existir de manera simbiótica en el mundo.


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